Sin duda, una de las disciplinas odontológicas más complejas, es la Prostodoncia. Se trata del área de la odontología dedicada al estudio y tratamiento protético de piezas con gran destrucción estructural, o al reemplazo de las ya ausentes. Se relaciona de manera estrecha con otras disciplinas tales como la implantología, la endodoncia, la periodoncia y la radiología, sirviéndose de todas ellas. Esto requiere de análisis y planeamiento estratégico por parte del profesional.
La complejidad de la Prostodoncia tiene que ver también con otros factores, entre ellos, el posible error inherente a los procedimientos de copia, reproducción y prueba, que deben llevarse a cabo tanto por el odontólogo interviniente como por el técnico de laboratorio dental (“Mecánico dental”).
Así las cosas, los resultados del tratamiento protético o prostodóntico quedan sujetos al éxito logrado en el proceder parcial de ambos y también a su labor de conjunto. Se trata de un verdadero trabajo en equipo, basado en el conocimiento científico-técnico de cada uno, en la buena comunicación de los integrantes y en sus capacidades artísticas. Si se trata de estas últimas, serán de trascendental importancia las del técnico dental. Si todo lo demás fue logrado, de ellas dependerán la naturalidad y la belleza de todo aquello que quede a la vista al finalizarse el tratamiento.